- febrero 1, 2023
- Posted by: amchambaq
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El objetivo del modelo Oleoflores es convertir los cultivos de la palma de aceite de sus productores en proyectos productivos rentables y sostenibles.
a palma de aceite se ha convertido en uno de los productos agrícolas más extendidos en el país. De acuerdo con Fedepalma, en la actualidad, se encuentran cultivos de esta oleaginosa en 161 municipios de 21 departamentos de Colombia.
En este panorama, el Grupo Oleoflores es una de las empresas que mayores aportes ha hecho en la disminución y la erradicación de la pobreza en comunidades vulnerables pertenecientes a las regiones del país en las que la palma de aceite se ha convertido en eje de sustento.
“Actualmente, la empresa procesa cerca de 650.000 toneladas de fruta de palma de aceite, cifra que nos ubica como la compañía del sector palmero que mayor número de fruta procesa y más aceite de palma produce, abarcando un 10% del total de la producción nacional”, explica José Pardo, director de Alianzas Estratégicas del Grupo Oleoflores.
La compañía, fundada por el empresario Carlos Murgas Guerrero, adoptó en el año 2000 una economía de bienestar que ha permitido fomentar el desarrollo económico y social de pequeños productores de palma que tenían altos índices de marginalidad y carecían de alternativas productivas, gracias a un modelo asociativo cuyos resultados han tenido un gran éxito para la organización.
En la actualidad, son más de 3.000 las personas que trabajan para garantizar un aceite de palma colombiano bien hecho, con reglas claras y trazabilidad.
“El 95% de las 650.000 toneladas de fruta de palma que procesamos proviene de este esquema asociativo. Es decir, la empresa depende de los aliados (pequeños, medianos y grandes productores) de las regiones en las que adelantamos nuestro trabajo”, afirma Pardo.
Oleoflores busca convertir las comunidades de María La Baja (Bolívar), Codazzi (Cesar), el Catatumbo (Norte de Santander), Repelón (Atlántico), Córdoba, Sucre, Santander y La Guajira, en donde adelanta su labor, en verdaderos polos de desarrollo.
Esas regiones presentaban, antes de la intervención de la empresa, una crisis social derivada del fracaso de las implementaciones productivas hechas hasta ese momento y que, sumadas a factores de orden público y el crecimiento de la violencia, les negaba la posibilidad de desarrollo y bienestar.
“En el Catatumbo, por ejemplo, se sigue presentando la problemática de los cultivos ilícitos, que los campesinos de la región adoptaron debido a la escasez de alternativas productivas. Nuestro modelo ha ofrecido alternativas viables para cada vez más personas en esta zona del país”, dice Pardo.
El modelo de la compañía ha hecho posible que esos 3.000 pequeños y medianos productores asociados reciban asistencia técnica y financiera, y acompañamiento socio empresarial en busca de mejorar constantemente sus cultivos de palma. Sumado a eso, ha permitido el acceso a cerca de 150.000.000 de pesos en créditos asociativos.
El modelo de Alianzas, promovido por el Grupo Oleoflores, ha propiciado la formalización de las 3.000 familias vinculadas y de los cerca de 17.000 empleos directos e indirectos que genera la agroindustria.
Crecimientos sostenibles
El modelo de Oleoflores construye alianzas productivas y sociales con los agricultores y las comunidades, asociando a pequeños, medianos y grandes cultivadores con empresarios experimentados para convertir sus desarrollos agrícolas de palma de aceite en proyectos productivos, rentables y sostenibles.
Entre otros beneficios, los productores locales pueden contar, gracias a Oleoflores, con:
– Integración de la economía campesina en cadenas agroindustriales y acceso a herramientas para crecer como asociaciones.
– Conformación de una gran unidad productiva para mayor competitividad empresarial.
– Implementación de tecnologías que aseguran altos volúmenes de productividad.
– Comercialización asegurada de la producción a precios justos y transparentes.
– Generación de empleo formal y lícito.
– Protección contra la pérdida de sus parcelas por presión de la violencia.
El modelo asociativo le permite a la compañía sumar hoy más de 44.000 hectáreas de 3.000 pequeños y medianos productores que crecen mientras producen la fruta de la palma, al tiempo que vinculan a sus familias a los procesos, dándoles una posibilidad de mejor futuro, e incluso les ha permitido a sus hijos acceder a estudios superiores.
Otro aspecto que se destaca es el relacionado con la posibilidad de que los productores puedan convertirse en socios de las plantas productoras que la compañía tiene en el Catatumbo, María La Baja, Córdoba y Codazzi. Así, ganan dividendos, participan en el gobierno de la empresa y tienen voz en las decisiones del negocio.
Testimonios de cambio
Marcos Arrieta es uno de los productores que se ha asociado con Oleoflores y manifiesta que el modelo implementado por la compañía le ha permitido alcanzar “mejores niveles de vida productiva y económica”. Los pequeños palmicultores de María La Baja estamos muy agradecidos con la labor que adelanta la compañía en la región”.
Arrieta manifiesta que, antes del proyecto, se había dedicado a otros cultivos, como arroz, maíz y sorgo, además de pequeña ganadería, pero sin resultados. “Hemos tenido un cambio extraordinario gracias a la siembra de palma de aceite. Antes, mi casa era de bahareque y vivíamos en necesidades económicas. Ahora, hasta he podido enviar a mis nietos a la universidad y tres de ellos se han graduado ya”.
La producción de Marcos Arrieta es de 23 a 24 toneladas mensuales por hectárea (su finca abarca 5 hectáreas), cifra que supera en 10 toneladas el promedio nacional.
Otro caso es el de Erisneida Herrera. Ella dice que “gracias al proyecto que nos trajo la familia Murgas hemos podido salir adelante. El cultivo de la palma de aceite nos ha mejorado la vida y pudimos mantener la tierra y seguir aquí”.
El proyecto de Erisneida tiene diez hectáreas que producen, en promedio, 15 toneladas cada mes.
“Todos los meses, sin falta, recibimos lo correspondiente a las ventas de la producción y podemos vivir bien. La palma de aceite ha mejorado nuestra calidad de vida”, afirma.
Tomado de: Portafolio