Importar alimentos y aumentar tasas, entre las medidas para frenar inflación

El Dane reveló que en enero la inflación fue de 1,67% y su variación anual había alcanzado 6,94%. Esta cifra estuvo explicada en 40% por el sector de alimentos seguido por los costos del transporte; y restaurantes y hoteles, ambos con un aporte de 0,24 puntos básicos.

Varios factores jugarán un papel importante en este repunte. En primer lugar, factores externos como la crisis logística y el alto precio del petróleo que impactan el precio de los bienes importados. Así mismo, temas como la menor oferta de alimentos desde la dinámica interna impactan este indicador.

Como respuesta, el Banco de la República, elevó la tasa de intervención hasta 4% durante enero. Esta es una de las primeras medidas de política monetaria que se toma en escenarios de altos precios. Cesar Tamayo, decano de economía de la Universidad Eafit, señaló que esta decisión pone barrera al consumo y al endeudamiento, con lo que impacta la inflación.

“Esta es una fórmula probada para manejar un escenario como este”, aseguró Tamayo. No obstante, varios economistas argumentan que esta inflación no se puede controlar con esta medida. Jorge Iván González, profesor de las universidades Nacional y Externado, afirmó que esta inflación no responderá al incremento de la tasa de intervención. “Esto tiene que ver con un tema de costos de alimentos que no tiene nada qué ver con las tasas”, categorizó.

Por ende, afirmó que como respuesta el gobierno debería aumentar la productividad del agro y brindar apoyos cuando los precios se caigan. De esta forma no se afecta la oferta en el corto y mediano plazo.

Encaminado al agro, el Gobierno Nacional anunció que disminuiría el arancel para 290 insumos, con lo que los productores tendrán menores costos. Esto se alinea con lo anunciado por el Comité Triple A que sugirió reducir por seis meses el arancel a 0% para 176 subpartidas y para otras tres a 5%, con el propósito de ayudar a mitigar los costos de producción.

Tamayo destacó esta medida, ya que los aranceles funcionan como distorsiones del precio en mejores escenarios. Por su parte, Juan Pablo Espinosa, jefe de investigaciones económicas de Bancolombia, explicó que la reducción es positiva, ya que los insumos están presionando el alza en precios; no obstante, no serán suficientes.

José Antonio Ocampo, exministro de Hacienda, señaló que esta medida tendrá un rezago de meses antes de tener un impacto real en los precios. Aseguró que en el corto plazo, el Gobierno tiene muy poco margen de maniobra para manejar los altos precios.

Por ello, Tamayo asevera que podría llegar a importarse alimentos en caso de que haya escasez en el país. Añade que esta es una herramienta que además incrementará la competitividad, lo que dinamizaría la economía local.

González descarta esta medida, ya que el país está en la capacidad de producir los productos de consumo interno.

Otra alternativa que propone Ocampo es dar un subsidio adicional a los hogares que ayude a mitigar el impacto de los altos precios.

Los economistas sugieren que pese a las medidas adoptadas, en el corto plazo no habrá mayor impacto. En primer lugar, porque sus efectos se sentirán más hacia el mediano plazo y porque los factores externos no podrán ser controlados por el gobierno.

Por eso, señalan que el país debería contemplar alternativas más a mediano y largo plazo. Tamayo dijo que ajustar las cuentas fiscales impactaría la confianza para atraer mayor inversión y así se reduciría la tasa de cambio.

González afirmó que se debe revisar la estructura de concentración de la tierra para responder a los temas de producción local.



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