- octubre 2, 2023
- Posted by: amchambaq
- Categoría: News, Noticias
Juan Carlos Díaz Tarud tiene una fotografía que la describe con nitidez para revelar cómo su empresa está aprovechando el Tratado de Libre Comercio (TLC) de Colombia y Estados Unidos. En una de sus visitas a la costa este de EE. UU. por la Florida y las ciudades de Miami, Savannah, Georgia y Nueva York, observó que los días de ventas y compras grandes en las cadenas de almacenes se despacha todo en bolsas de papel.
A Díaz Tarud le daba vueltas en la cabeza que su empresa, la que había comprado a su padre y que en más de dos décadas sostuvo dos líneas de negocios: la imprenta industrial y la de chances de lotería, tenía que dar un salto.
El joven empresario de 35 años reconocía que con el desarrollo de la tecnología, las actividades principales podrían reducirse. Si la empresa en más de 18 años compraba papel como materia prima para atender el mercado interno, se preguntó ¿por qué no fabricaba bolsas para venderlas en el exterior?
Estaba muy enterado del sector y vio una oportunidad con su creatividad. “Pensó hasta en imprimir etiquetas adhesivas”, cuenta Antonio David, gerente de Ditar SA.
Y esa imagen de las bolsas de papel cargadas por clientes estadounidenses, más la normatividad nacional e internacional que motivó a los países a desestimular el uso del plástico y ser amigables con el medio ambiente en aspectos como la disminución de la huella de carbono, llevó a la transformación de su organización.
Ditar SA hace parte de ese relato de las empresas nacidas e instaladas en Barranquilla y el Atlántico que están aprovechando los tratados comerciales.
Al cumplirse los primeros diez años de la firma de Colombia de los Tratados de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos y Europa, el desempeño de las exportaciones del Atlántico con destino a esos mercados muestra resultados interesantes.
De acuerdo con un informe del Centro de Pensamiento de la Universidad EIA, los resultados son consecuencia del repunte de las exportaciones no minero energéticas en los últimos años y, muy especialmente, de las ventas industriales.
En los períodos de vigencia de los Tratados de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos y la Unión Europea (UE), las ventas externas totales del Atlántico lograron un incremento anual promedio del 14,5 % y 7,7 %, respectivamente.
Las subpartidas arancelarias con oferta para Estados Unidos pasaron de 307 a 349 subpartidas y para la Unión Europea crecieron de 126 a 303.
Saúl Pineda Hoyos, exviceministro de Desarrollo Empresarial y director del Centro de Pensamiento de la Universidad EIA, precisó que, con los resultados de las ventas al exterior, las empresas que no pertenecen a las actividades no minero energéticas en el departamento del Atlántico y que realmente se benefician de los TLC tiene empresas de peso como Tecnoglass, con sus líneas de negocio de puertas, ventanas y sus marcos, bastidores y umbrales, de aluminio, y Sempertex.
“Atlántico y Barranquilla han alcanzado productividad y competitividad en segmentos como el de puertas, ventanas y sus marcos, así como el de artículos y accesorios para fiestas y celebraciones, que han aprovechado la generación de economías de escala en el mercado interno para proyectarse en los mercados internacionales”, dijo Pineda.
Las ventas al exterior experimentaron un crecimiento promedio anual del 14,6 % en el mercado de Estados Unidos (2012-2022) y del 6,3 % en el de la Unión Europea (2013-2022). En el período más reciente, al comparar el primer semestre de 2023 con el primer semestre del año anterior, se observa un aumento del 46,5 % y una disminución del 52,9 % en las exportaciones en ambos mercados.
En el balance global de las exportaciones no minero energéticas del Atlántico, señaló el Centro de Pensamiento de la Universidad EIA que es evidente que los montos exportados presentan un potencial aún por aprovechar. Mientras que las exportaciones no minero energéticas pasaron de 193 a 757 millones de dólares en el mercado de los Estados Unidos durante el período 2012–2022, con destino a la Unión Europea sólo crecieron de 120 a 209 millones de dólares en el período 2013–2022.
Entrar a Estados Unidos con un producto requiere de una estructura en el que la seguridad es de los más exigentes.
Una empresa industrial y con intenciones de entrar al comercio exterior establecida en Barranquilla recibió la visita de uno de los ejecutivos de Lacoste, la marca de prendas de vestir masculina. La presencia del directivo de la marca creada en Francia era verificar las posibilidades de tener como proveedor a la empresa local.
Sus intenciones iban en serio con su presencia en la sede de la manufactura barranquillera. Cuentan que el ejecutivo cuando entró a las instalaciones lo primero que vio en la oficina fue un certificado enmarcado, en grande de Basc (Business Alliance For Secure Commerce). Su reacción fue inmediata, en medio de la tensión, los nervios y la expectativa del empresario barranquillero que lo guiaba. “Cuenten que están llamados a ser proveedores nuestros”, dijo el ejecutivo extranjero.
Alberto Vives de la Espriella, gerente de Andi en Atlántico y Magdalena, explica que con un caso como el de esa empresa barranquillera se pone en la cima dimensionar los beneficios de tener una certificación internacional para una empresa sin importar su tamaño.
Siete de estos requisitos para exportar para una empresa son tener el registro para certificado y determinación de origen, clasificación arancelaria, solicitud de vistos buenos, términos de negociación internacional, procedimiento aduanero de exportación de bienes y reintegro de divisas.
Odette García, directora de mercado de Ditar, destaca que el proceso exportador a Estados Unidos, es calificado como “un destino crítico”, por la seguridad, calidad y competitividad, “Ditar ha trabajado y capacitado su recurso humano, que en conjunto con entes internacionales se ha obtenido certificaciones y estándares en nuestros procesos que nos exigen para cumplir con requisitos exigidos por el mercado americano, certificaciones como BASC, FSC, ISO9000”.
De tres millones de bolsas de papel diarias que producía Ditar antes de la pandemia han pasado a 25 millones al mes. Y la inversión en maquinaria ha elevado la producción a 28 millones de soluciones cada 30 días, precisó el gerente Antonio David.
Otros productos industriales que han mostrado buenos desempeños durante la vigencia del TLC y desde el Atlántico son la ropa de tocador, de cocina, tejido con bucles, de tipo para toalla, de algodón; las placas y hojas lisas de vidrio colado o laminado; los acumuladores eléctricos de plomo, y los perfiles huecos de aleaciones de aluminio.
El desafío de la productividad y la competitividad para exportar es una tarea pendiente para la mayor parte del tejido empresarial de Atlántico, afirmó Saúl Pineda Hoyos.
El exviceministro explica que laa mayoría de las pequeñas, medianas y grandes empresas de la región, con las excepciones ya mencionadas, siguen considerando el mercado interno como la principal fuente de su rentabilidad “y, por esa razón, solo exportan aquellos excedentes que les permiten absorber sus costos fijos”.
La internacionalización exportadora de las empresas de la región, agrega Saúl Pineda Hoyos, debe estar sustentada en varias acciones conjuntas de las instituciones regionales con el gobierno nacional. Entre ellas, el escalamiento del programa Fábricas de Productividad, que en Atlántico ha contado con el liderazgo de la Cámara de Comercio de Barranquilla (CCB).
En un primer ciclo del programa de las Fábricas de Productividad la CCB promedió que en 148 empresas intervenidas, el 32% mejoró en los indicadores de productividad.
La región Caribe cuenta con nueve zonas francas que además son estratégicas, pero que plantea el reto con el cambio de normativa por el actual gobierno del presidente Gustavo Petro y de la “razón social” para convertirlos en poderosas plataformas exportadoras con Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos.
“Es una gran oportunidad para la región, las compañías nacionales y extranjeras que quieran ubicar sus operaciones o relocalizarlas para estar cerca de un mercado de más de 300 millones de consumidores”, afirmó Manuel Herrera, gerente General de Zona Franca La Cayena.
Este año se liberan más de 1.000 nuevas partidas arancelarias, el porcentaje de valor agregado nacional del 35% para denominación de origen, es el más competitivo de la región, sumado al costo de mano de obra más competitiva de la región. Hay mucho espacio para hacer y no menos importante, diversificar nuestras exportaciones”, agregó Manuel Herrera.
En medio del debate semántico al interior del Gobierno sobre la renegociación o revisión de estos tratados, el rector de la Universidad EIA, José Manuel Restrepo, quien fue además ministro de Comercio y de Hacienda durante el periodo presidencial de Iván Duque, aseguró que no debe perderse de vista la tarea de un mayor aprovechamiento de las oportunidades que al departamento del Atlántico se le ofrecen en los sectores industrial, agrícola y de servicios, con el objetivo de acceder a esos mercados.
“Es muy pertinente la iniciativa del ministro de Comercio, Germán Umaña, de revisar los tratados en el marco de las Comisiones Administradoras, que son los escenarios en los cuales se puede obtener una mayor facilitación de acceso a mercados, como se ha venido haciendo año tras año en las relaciones con Estados Unidos y Europa”.