Arancel a importaciones, ¿una medida viable para la moda colombiana?

El arancel que regía para el sector era consecuente con el valor de las importaciones. De esta manera los productos declarados con un precio igual o inferior a los USD10 por kilogramo bruto ya tenían una tasa de 40 %, en tanto que los productos declarados con un valor superior a USD10 por kilo bruto pagaban un 15 %.

Lo que pretende el Gobierno con la modificación o unificación del impuesto –dice el Decreto 2598– es “impulsar un equilibrio en el comercio internacional, una mayor generación de valor agregado, la competitividad, el empleo, en especial los femeninos, y en la productividad de la industria nacional de las confecciones” . En ese sentido, durante la pasada edición de Colombiatex en Medellín, diversas voces del sector de la moda y las confecciones expresaron a EL HERALDO el impacto que puede tener la medida.

Sebastián Diez, presidente de Inexmoda, mencionó que si bien la medida busca proteger e impulsar la industria colombiana uno de los mayores retos a los cuales se enfrenta es el de lograr unidad en agremiaciones.

“Las nuevas variaciones en los aranceles pueden representar una ventaja competitiva dentro del consumo local; sin embargo, esto debe estar soportado a la unidad de las agremiaciones. Actualmente existen muchísimas agrupaciones que representan sectores específicos de la industria y esto por ocasiones puede complicarse con base en la necesidad de unificar criterios dentro del clúster nacional”.

Por otra parte, Diez aclaró que este impuesto está previsto exclusivamente para prendas terminadas.

“La medida lo que busca es brindar protección al empresario colombiano y es claro que este impuesto solo aplica para prendas terminadas, por lo que la compra de insumos estará libre de este arancel”, manifestó el presidente de Inexmoda.

Juliana Villegas, vicepresidenta de exportaciones de Procolombia, también se refirió a la situación comentando que “en Colombia el 85 % de las empresas que están en el sector moda corresponden al segmento de pequeñas y medianas industrias, y no poseen las capacidades para competir en estos grandes mercados. Por ello, la medida podría suponer una ventaja”.

Por otra parte, Villegas explicó que esta medida, que entró en vigencia el 7 de enero de este año, como todas las políticas públicas debe estar sujeta a un periodo de prueba para ver cuáles son los resultados que arroja.

“En Procolombia creemos en un mercado equilibrado y competitivo, y dentro de esta perspectiva el Mincomercio tendrá que hacer la vigilancia. Además, si bien es verdad que el mercado nacional se fortalecerá, también es importante reconocer que no se pueden descuidar los mercados internacionales que la industria colombiana ha ganado con tanto esfuerzo”, sostuvo la directiva de Procolombia.

Mario Hernández, empresario colombiano del sector moda, se refirió al tema como una puerta abierta para aumentar el contrabando y la economía informal.

“Este arancel aplica para los países con los cuales no tenemos TLC vigente, lo cual puede terminar siendo una oportunidad para aumentar el contrabando y la economía informal. En Colombia gran parte de la industria se mueve desde pequeños talleres que no terminan de ser empresas realmente constituidas y por consiguiente no poseen ni las capacidades, ni los recursos, ni la preparación necesaria para asumir los retos de un mercado tan competitivo”, puntualizó.

Otra de las cosas en las que Hernández recalcó fue en la necesidad de hacer que la industria colombiana sea competitiva.

“Más allá de una política de proteccionismo necesitamos abrirnos al mundo, pero hacerlo con  un factor diferencial, ofreciendo calidad y diseño que sea atractivo para el consumidor y esto se logra con tecnología y capacitación. Mientras que en países como China los impuestos corresponden a un 30 %, en Colombia se paga un 60 %, lo que dificulta el fortalecimiento del sector”.

Por último, según informó recientemente el Gobierno nacional, la medida estaría próxima a entrar a un período de verificación de viabilidad.

Gustavo Lenis, presidente de la textilera Fabricato, no estuvo de acuerdo con el decreto que fijó el Gobierno Nacional en el que se establece un arancel de 40 % para las confecciones importadas.

“Nosotros no podemos pensar en un arancel fijo proteccionista para toda la cadena, y olvidarnos que hay un interés importante por reactivar el cultivo del algodón y que las fábricas textiles también juegan un papel importante dentro de esta cadena”, aseveró.

La industria textil tiene en la actualidad grandes retos, por eso Lenis destacó que, “Para Fabricato es una pena que Coltejer deje de operar. Son las dos compañías que lideraron la creación del cluster textil en Antioquia, que ha venido desapareciendo. No solamente Coltejer, también Riotex y también Pantex”.

María Juliana Marín, abogada especialista en derecho de la moda, dijo que esta era una medida ya existente en Colombia, y lo que pasó fue un proceso de unificación.

“Ante la entrada en vigencia de esta medida muchas personas se han sorprendido; sin embargo, lo que no saben es que estos impuestos ya existían en el mercado, lo que hizo este nuevo decreto fue unificar las cantidades a las que se les aplica el impuesto”.

Para los que creen que ante la medida muchas marcas extranjeras se van a ir del país, Marín explicó que este impuesto extra llega a traer nuevas reglas en el juego del comercio de la moda; no obstante, “las marcas no se van a ir del país, hay muchas de ellas que ya poseen acuerdos arancelarios y otras que en perspectiva de demanda les sigue siendo rentable permanecer con sus negocios en Colombia”.

La medida de la Cámara Colombiana de las Confecciones, según ella, finalmente busca promover el consumo de producto local.